domingo, 12 de abril de 2015

LA SOCIEDAD RED


Para comenzar debemos definir al conocimiento como un capital intangible. Este capital refiere a cosas que no podemos palpar, pero si podemos afirmar que existe en cada uno de nosotros.
El autor narra la importancia de mantener los capitales intangibles, como la difusión de información por la radio u otros medios tradicionales, para no marginar a quienes no pueden usar a la internet como medio de acceso a la información; que de hecho me consta, que hay comunidades en el interior de nuestro país, en donde sólo la radio es el medio por excelencia, en donde la internet no llega pero las escuelas están y los chicos acuden a ellas desde las lejanías. Estos alumnos y docentes están casi desconectados del mundo globalizado, pero a su vez están formando parte del extenso capital de conocimiento de esta humanidad con sus saberes; recogidos por medios intangibles, como ser los relatos familiares de hechos ancestrales, sólo por medio de la palabra y sin más que el conocimiento colectivo. Abstraídos del mundo global pero muy importante en el contexto en el que viven.
Por otra parte cabe reflexionar a quién le pertenecen los documentos originales, si cuando hablamos de transmitir a través de la palabra, estos pertenecen a la comunidad, a todos por igual. Entonces, los documentos en papel o bien, digitalizados, pertenecen a ese autor o una vez que los han publicado ya son parte del mundo.
Este planteo ofrece diferentes puntos para discutir, pero como docentes vemos la necesidad de poder utilizar la información libremente, ya que nuestro fin es contribuir con la creación de un conocimiento aún mayor, lejos de las individualidades.
Con respecto  a digitalizar lo que estaba en soporte papel, nos agiliza la forma de poder llegar a los documentos, pero de ninguna manera nos garantiza mayor información o más precisa.
Estos documentos digitalizados nos liberan un gran espacio físico en los estantes y en nuestra memoria. Así podemos utilizar nuestras mentes para resolver situaciones mediante el razonamiento. Para construir el razonamiento no hace falta memorizar todo como si fuéramos grandes enciclopedias, todo lo contrario. Debemos saber administrar la información que encontramos en libros, redes, etc, y usar nuestro cerebro para organizar los conocimientos en forma clara y con un fin superador. El archivar en la memoria de nuestro cerebro nos quita espacio para el razonamiento y la unión de conceptos abalados por los documentos y las palabras de los autores que tomamos como referencia para fundamentar nuestras prácticas y saberes construidos. Hoy les enseño a mis alumnos a razonar y no a repetir como loros lo que dijo un autor, sino para poner en propias palabras una idea o una línea de pensamiento.
Otra idea a rebatir propuesta por el autor es “la fragmentación del saber” que dificulta toda visión general e integrada. El autor lo expone como una cuestión que puede “acarrear consecuencias desastrosas”. Pero hoy nos damos cuenta que uno no puede abarcar todo el saber y el secreto del éxito es la interdisciplina entre los actores especialistas de sus propias áreas. Por ejemplo en la educación no es posible trabajar en compartimentos estancos por una simple razón: el alumno es uno, con su cerebro y no lo podemos fragmentar por áreas de conocimientos. Si bien la educación se organiza en áreas, la interacción entre profesores es fundamental para el buen desempeño y desarrollo cognitivo del alumno y a esto le tenemos que sumar la interacción que se produce entre sus pares que afianzan el conocimiento de forma colectiva.
Profesor: Pablo Soma

Bibliografía de referencia:
“Una introducción a la economía y a la sociedad del saber” David P. y Foray D. (2002).

LINEA DE TIEMPO SOBRE MI TRAYECTORIA ESCOLAR EN EL CONTEXTO SOCIO-HISTÓRICO-POLÍTICO




                              http://www.dipity.com/PabloSoma/personal/?mode=fs#timeline

miércoles, 1 de abril de 2015

LA DIVISIÓN DIGITAL



Castells en su artículo presenta un punto de análisis sobre “La divisoria digital”. Hace referencia a un mundo que tiene el acceso a Internet y la divisoria que se da con quienes no tienen acceso. En lo particular, hoy en día no concibo tener una computadora sin internet. Si me falta en mi computadora o celular, siento que están vacíos o bien desconectado del mundo, mi mundo social o la información necesaria que preciso en lo laboral.
Por otra parte veo que hay personas en mi entorno que no poseen ni siquiera una cuenta de E-mail e igual pueden vivir sin problemas el día a día. Y entonces me pregunto: ¿será tan indispensable Internet en el mundo o será una necesidad creada por el consumo o por el acceso cada vez más fácil a la tecnología que nos permite llegar a necesitar Internet? Digo en este caso la dependencia con el WHATSAPP u otras redes sociales, la comodidad de estudiar desde casa o la necesidad de buscar información en la red que no encuentro en mis, cada vez más escasos, libros.
Claro está que Internet es un puente al mundo entero, nos allana la vida en muchos aspectos pero no creo que divida, al contrario, nos une. Cada vez hay más lugares a donde podemos recurrir (y de forma gratuita) para conectarnos a la red. Falta todavía un montón para el sueño de estar conectados en todos los lugares públicos, pero se va avanzando de a poco. El modelo 1 a 1 proveyó de computadoras para los educandos y profesores solo falta que las conecten al mundo para poder dejar atrás las divisiones. Al menos esta es mi visión a nivel local, en el contexto mundial es una grieta muy ancha la que divide a pobres que no tienen acceso a Internet. Pero en el mejor de los casos, el problema antes mencionado, es lo que menos preocupa frente al hambre o las guerras que inundan el mundo.
Pablo Soma

Biografía consultada:
“Internet y la Sociedad Red. Lección inaugural del programa de doctorado sobre la sociedad de la información y el conocimiento (UOC)” (Castells, M., 2001).
Disponible en http://www.uoc.edu/web/cat/articles/castells/print.html